
Nutricionalmente
Los minerales, al igual que las vitaminas se conocen como micronutrientes, pues son un grupo de nutrientes que nuestro organismo necesita en pequeñas cantidades para funcionar correctamente.
Al igual que las vitaminas, no aportan energía directamente, pero tienen importantes funciones reguladoras y forman parte de la estructura de muchos tejidos. Entre otras cosas, los minerales son parte esencial de huesos y dientes (p.ej. calcio, fósforo y magnesio), controlan la composición de los líquidoscorporales (sodio, potasio, fósforo o magnesio) y forman parte de enzimas y otras proteínas que intervienen en el metabolismo (hierro, cinc, fósforo).
Los minerales son elementos inorgánicos que siempre mantienen su estructura química. En ese sentido, los minerales no son destruidos o alterados por el calor, el oxígeno o los ácidos, únicamente pueden perderse por lixiviación (en el agua de lavado y cocción de los alimentos, cuando ésta no se consume).
Por ello, a diferencia de las vitaminas, no requieren un cuidado especial cuando los alimentos que los contienen se someten a procesos culinarios.
Los minerales son nutrientes esenciales, es decir, que nuestro cuerpo no puede “fabricar” y por tanto, si o si, debemos obtenerlos de los alimentos y bebidas que consumimos.
Se han descrito aproximadamente 20 minerales esenciales para el hombre. Según las cantidades en que sean necesarios y se encuentren en los tejidos corporales se distinguen tres grandes grupos:
- Macrominerales: calcio, fósforo, magnesio, sodio o potasio, cloro, azufre y
- Microminerales o elementos traza que se encuentran en muy pequeñas cantidades: hierro, cinc, yodo, selenio, flúor, manganeso, selenio, cromo, cobre o molibdeno.
- Minerales ultratraza.
La distinción entre estos grupos no implica una mayor o menor importancia nutricional de unos o de otros, todos son igualmente necesarios para la vida.
Su biodisponibilidad ‐es decir, la medida en la que un nutriente es absorbido y utilizado‐ es variable y depende de numerosos factores. Uno de los más comunes es su unión a otros minerales o sustancias con las que acaban formando compuestos complejos que el organismo no puede absorber (p.ej. hierro y calcio).