Del lat. lac, lactis ‘leche’ y -osa.

Según la RAE

                Azúcar que contiene la leche, formado por glucosa y galactosa.

Nutricionalmente

La lactosa es uno de los principales componentes de la leche humana y animal. Concretamente se trata de un hidrato de carbono (un disacárido) formado por dos azúcares o monosacáridos: la glucosa + la galactosa.

Comúnmente se la conoce como “el azúcar de la leche”, y esto es porque le proporciona un ligero sabor dulce.

Para su digestión es necesario contar con una enzima conocida como lactasa (una especie de tijera que descompone la lactosa en sus dos azúcares individuales), pero curiosamente no todos disponemos de esta enzima, o no en la cantidad suficiente. No disponer de ella es lo que da lugar a lo que conocemos como “intolerancia a la lactosa”.

La lactosa tiene también diversos usos en la industria alimentaria y farmacéutica, por lo que podemos encontrarla en la lista de ingredientes de algunos productos. Habitualmente se utiliza con el fin de que contribuya a mejorar el sabor, el proceso de horneado y color tostado, como agente aglomerante o para mejorar la textura. En muchas ocasiones también podemos encontrarla en productos farmacéuticos como excipiente, medio transportador, o formando parte de los comprimidos o tabletas. Funciona como un flujo agente, humectante, agente de control de la cristalización y edulcorante. Es utilizado en productos horneados para darle sabor, dorar y ablandar y en mezclas secas como agente antiaglomerante.

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