Del fr. glucose, y este del gr. γλυκύς glykýs ‘dulce’ y -ose ‘-osa’.

Glucosa es una palabra derivada de la palabra griega «gleukos» que significa vino dulce. El término glucosa fue introducido por André Dumas en 1838 para referirse al compuesto dulce obtenido de la miel y las uvas. Más tarde, Frederich August Kekule´ von Stradonitz la llamó dextrosa porque la glucosa natural es dextrógira por naturaleza. Cuando Fisher estudió este azúcar, lo llamó glucosa y los químicos han usado la misma palabra desde entonces.

Según la RAE

1. f. Quím. Aldohexosa de seis átomos de carbono, que constituye un sólido blanco, muy soluble en agua, de sabor muy dulce y presente en muchos frutos maduros.

Nutricionalmente

La glucosa es un monosacárido (un tipo de hidrato de carbono formado por una sola unidad o azúcar) que, de manera natural, se encuentra habitualmente unida a otros azúcares como parte de los alimentos que consumimos a diario (junto a la galactosa en la leche; junto a otras moléculas de glucosa en el almidón; o junto a la fructosa en el azúcar de mesa).

La glucosa es la fuente de energía preferida para nuestro cuerpo, y es la forma en la que los azúcares viajan a través de la sangre hasta los tejidos que requieren energía. Como cualquier otro hidrato de carbono proporciona 4 kcal/g.

Cuando la glucosa no se utiliza, nuestro cuerpo puede almacenarla – preferiblemente- en forma de glucógeno (en hígado y músculos), pero también puede transformarla para almacenar su energía en el tejido adiposo.

También se la denominada “dextrosa”, “azúcar de la uva”, o “azúcar de la sangre”.

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