Del lat. tardío energīa, y este del gr. ἐνέργεια enérgeia, que significa fuerza o capacidad de acción.
Según la RAE
1. f. Eficacia, poder, virtud para obrar.
2. f. Fís. Capacidad que tiene un sistema para realizar un trabajo, y que se mide en julios. (Símb. E).
Nutricionalmente
La energía podría definirse como el combustible que necesita nuestro cuerpo para mantenerse vivo y desempeñar adecuadamente todas nuestras funciones metabólicas. Entre otras cosas, necesitamos energía para realizar cualquier trabajo físico o químico dentro del cuerpo. Crecer, desarrollarnos y reproducirnos, que el cerebro y nuestros órganos vitales funcionen, que podamos mantener nuestra temperatura corporal, o que seamos capaces de movernos dependen directamente de que exista un adecuado suministro de energía.
La energía que necesitamos nos la proporcionan los alimentos y bebidas que consumimos, y más concretamente, los varios macronutrientes que estos contienen: fundamentalmente grasas, carbohidratos, y proteínas.
Todos necesitamos energía para la vida, pero nuestras necesidades energéticas varían de unos a otros dependiendo de factores como nuestra edad o sexo, nuestro estado fisiológico (p.ej. durante el embarazo o si estamos enfermos), nuestra composición corporal o el nivel de actividad física que mantenemos.
Para mantener el peso corporal es necesario equilibrar la energía que entra (es decir, la obtenida a partir de la alimentación) con la que sale (derivada no solo de la práctica de ejercicio físico, sino también del gasto energético que supone mantenernos vivos, comer, o del movimiento que se conoce como NEAT, termogénesis no asociada al ejercicio), por lo que el estilo de vida es fundamental si se quiere lograr este objetivo.